Biografía

EULOGIO NISHIYAMA

Eulogio Nishiyama Gonzales nació en la ciudad del Cusco el 12 de diciembre de 1920, siendo el segundo de cinco hermanos. Su madre, Doña Jesús Gonzales, era originaria del Cusco, mientras que su padre, Don Otomatsu Nishiyama Mio, fue un inmigrante japonés proveniente de Wakayama, Japón. Don Otomatsu fue uno de los primeros japoneses en establecerse en el Cusco.

Eulogio inició sus estudios en el Glorioso Colegio Nacional de Ciencias y, posteriormente, ingresó a la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, donde cursó la carrera de Ciencias Económicas y Comerciales. A lo largo de su vida, destacó como fotógrafo y cineasta, y su obra estuvo siempre vinculada a su ciudad natal. Falleció el 4 de noviembre de 1996 en Cusco, dejando un importante legado en la cultura y el arte de la región.

Su interés por el cine y la fotografía comenzó a temprana edad. Eulogio recordaba que su primer contacto con el cine fue a través de lo que se conocía como las «PELIS», retazos de películas que los operadores de los cines de Cusco cortaban y vendían en pequeñas porciones, a menudo acompañadas de golosinas.

“Cuando niño, en la calle de San Bernardo, veíamos pasar los tranvías, la gente en sus balcones con rejas de metal, los rieles donde jugábamos a hacer pisar clavos y monedas... jugábamos mucho y, entre esos juegos, con mis hermanos, jugábamos a las 'PELIS'. Coleccionábamos PELIS de cowboys, de actrices famosas y de Charles Chaplin. Esas PELIS eran mi pequeño tesoro”.

Motivado por su colección, Eulogio decidió construir un proyector casero para ver las imágenes que había reunido.

“Con las PELIS pensé que podía transferirlas, y para ello conseguí papeles de prueba que usaban los fotógrafos, como los papeles solares. Las copiaba con el sol, salían en negativo, pero a mí no me importaba eso, lo que me emocionaba era que se imprimieran en papel. ¡Era una maravilla! Después intenté con otros materiales, como calcomanías, y las pasaba al vidrio para proyectarlas. Finalmente, logré hacer un proyector; me conseguí unas lunas y un foco, y pude ver las imágenes proyectadas en la pared de mi casa. En ese momento comprendí la magia del cine”.

El pintor japonés Tsuguharu Foujita, quien visitaba su casa, cautivado por la pasión de Eulogio por las imágenes y el cine, le regaló un mini proyector de películas de 35mm a manivela, el más grande tesoro de su niñez.

“Después de muchos años me enteré quién era ese señor: era el famoso pintor Foujita, amigo de Picasso, quien vivió mucho tiempo en París… años después, empecé a sacar fotografías, me compré una camarita alemana NORTON, que tomaba 16 fotos con rollo 127. En ese tiempo costaba 2 soles con 80 centavos. Había que hacer un sacrificio por tener la camarita. Hacía revelar mis rollos con el Señor Cisneros, que tenía su estudio por la Av. El Sol”.

En 1939, Eulogio inició su carrera en el cine y la fotografía, registrando la vida de la ciudad del Cusco en formato de 8mm y en blanco y negro. Entre sus primeras producciones destacan imágenes de Corpus Christi, el Inti Raymi, el Santuranticuy, Machu Picchu, Sacsayhuamán, La Siembra, la llegada de Manuel Prado a Cusco, y la Semana Santa en Cusco y Lima. Su pasión por filmar lo que observaba lo llevó también a capturar momentos cotidianos, como desfiles, danzas, marchas y mítines.

En 1946, comenzó a registrar en formato de 16mm y trabajó para la Corporación Nacional de Turismo en el Departamento de Catalogación de Obras de Arte y Folklore. Dos años más tarde, en 1948, se estableció como reportero gráfico para el diario La Crónica de Lima, publicando la primicia fotográfica del terremoto ocurrido en Cusco el 21 de mayo de 1950.

A principios de la década de los 50, Eulogio colaboró con varias productoras internacionales, como la norteamericana Robert Peter Pictures, y participó en el equipo técnico de la película Cocobolo de Kenneth Herts y El Tesoro de los Incas de Paramount Pictures, que se filmó en Cusco y Machu Picchu. En 1952, realizó los mediometrajes Amor SerranoCaserío de CóndoresSemana Santa de Ayacucho y Tribu de los Shipibos. Entre 1953 y 1954, llevó a cabo varias expediciones a la selva del Bajo Urubamba, produciendo Tribus de la Selva Peruana y Vida de los Feroces Amarakaires

En 1955, fundó el Cine Club Cusco junto a Manuel Chambi y otras destacadas personalidades de la ciudad.

En 1958, fue invitado por el Instituto de Arte Contemporáneo, dirigido por José María Arguedas, a exhibir sus documentales en Lima. Ese mismo año, recibió el Premio Especial del Festival de Cine El SODRE en Montevideo, Uruguay. Durante 1958 y 1959, organizó los primeros dos Festivales de Cine Cusqueño junto al Cine Club Cusco.

A lo largo de la década de 1960, su trabajo fue reconocido con numerosos premios y distinciones internacionales, permitiéndole viajar a países como Francia, Estados Unidos, México, Checoslovaquia, Suiza, Italia y España, entre otros.

En 1960, recibió el Primer Premio y la Copa de Oro en el Festival de Cine Latinoamericano de Ligure, Santa Margarita, Italia. 

En 1961, estrenó junto a Luis Figueroa Yabar y César Villanueva la película Kukuli, el primer largometraje peruano realizado completamente en quechua. 

En 1965, produjo la película Jarawi, basada en la novela de José María Arguedas Diamantes y Pedernales.

En 1968, filmó Q’oyllur Riti – Lucero de Nieve, un documental sobre las festividades del Santuario del Señor de Q’oyllur Riti, capturando la belleza del Nevado de Ausangate, las danzas ancestrales y el sincretismo mágico-religioso de los Andes. 

En 1972, fue director de fotografía de la película Allpa Kallpa, filmada junto a Jorge Vignati y el actor Tulio Loza. Al año siguiente, fue invitado por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos para exponer sus fotografías y documentales.

En 1977, filmó Queswachaca: el puente de Ichu, junto a Jorge Vignati y Kurt Rosental. En 1978, se encargó de la dirección de fotografía y cámara en Yawar Fiesta, dirigida por Luis Figueroa. En 1979, produjo el documental Madre de Dios – Una Ventana al Mundo, realizado por encargo del Ministerio de Turismo. Este fue su último trabajo en formato de 16mm.

Entre 1981 y 1983, fue profesor de Fotografía en el Programa de Arqueología de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. En 1983, fue invitado a Japón, donde exhibió sus documentales en las ciudades de Osaka y Tokio.

En 1985, recibió la Mención Especial en el 1er Festival de Cine Latinoamericano de los Pueblos Indígenas en México, y fue homenajeado como Pionero del Cine Cusqueño por la Asociación de Cineastas del Perú. El mismo año, fue nombrado miembro del Jurado del 2do Concurso de Cine Nacional.

A finales de la década de 1980, Eulogio produjo varios cortometrajes en formato de video, como Corpus ChristiCorpus de San SebastiánCorpus de San Jerónimo y Santuranticuy. En 1990, filmó Alturas de Machupicchu en formato de video JVC-VHC. En 1991, recibió la Medalla de Oro de la Ciudad del Q’osqo por su trayectoria artística, y fue homenajeado como Pionero del Cine Cusqueño en el 2do Encuentro de Cineastas Andinos en Machu Picchu.

En 1992, con motivo de sus Bodas de Oro en la actividad artística, recibió la Medalla de la Ciudad del Cusco y un Reconocimiento por su aporte cultural del Instituto Nacional de Cultura de Cusco. En 1994, fue reconocido por la Asociación Peruano Japonesa y el diario El Peruano, organizando la exposición Nishiyama Fotógrafo Cusqueño en Lima.

El 4 de noviembre de 1996, Eulogio Nishiyama falleció en la ciudad del Cusco. El cine peruano no sería el mismo sin el aporte de Eulogio Nishiyama Gonzales, quien dedicó su vida a registrar la rica cultura del Cusco y del Perú. A través de su lente, capturó la historia, la arqueología, la arquitectura, la religión y el sincretismo andino, preservando las tradiciones y ritos del sur peruano. Por más de 50 años, Nishiyama fue un pionero del cine en Cusco, fundador de la Escuela de Cine del Cusco y uno de los más grandes representantes de la fotografía clásica y contemporánea peruana.

1960 - Eulogio Nishiyama junto a sus equipos en la realizacion de KUKULI